El diseño UX y UI tiene un gran reto: unificar la experiencia de los usuarios en distintos activos digitales.
¿Cómo lograr que una app no se sienta y se vea diferente de su sitio web? ¿O que la apariencia y la experiencia no cambien cuando se agreguen nuevas funciones y servicios? ¿O cómo logran consistencia cuando hay equipos de diseño diferentes que trabajan al tiempo?
Para eso contamos con los sistemas de diseño. A diferencia de los clásicos manuales de marca, los sistemas son dinámicos y están hechos para entornos complejos como los digitales.
Aquí te contamos 5 cosas que debes saber sobre los sistemas de diseño para mejorar la gestión y administración de los activos digitales de tu compañía.
Son una colección de recursos, documentos, guidelines y códigos visuales que sintetizan los principios para diseñar apps y activos digitales.
Son la caja de herramientas para el diseño UI y UX.
Indican cómo se ven las cosas, pero también cómo deben comportarse e interactuar los usuarios.
Forman un lenguaje visual completo.
Sirven para unificar la experiencia de los usuarios.
Los sistemas de diseño logran un consenso entre todos los actores involucrados en el desarrollo de un servicio, tales como diseñadores UX y UI, estrategas de contenido, desarrolladores frontend y backend, entre otros.
Por eso los sistemas de diseño son fundamentales para una implementación consistente y coherente de diferentes activos digitales. Permiten trabajar a una escala siempre mayor, sin perder la unidad del lenguaje visual.
El manual de marca es estático. Se hace una vez, al principio, y así se queda por mucho tiempo. Y lo hacen unos actores específicos: los diseñadores que hacen la marca. Conoce cómo hacer un manual de marca, tono y estilo.
Los sistemas de diseño son dinámicos. Se enriquecen y cambian constantemente. Son ecosistemas en evolución. No los hace un solo actor, sino muchos a la vez. Y no se hacen para un solo espacio, sino para múltiples plataformas.
Los manuales solo suelen tener unas bases e indicaciones fijas. Y son propensos a que personas diferentes lleguen a resultados muy diferentes, perdiendo la unidad de la experiencia.
Los sistemas, en cambio, son organismos vivos que se van construyendo y haciendo más complejos, a medida que crecen y cambian los retos de diseño.
Con la metodología del Atomic Design. Desarrollada por Brad Frost, el Atomic Design procede por componentes: con las partes más simples construye las más complejas.
Como lo dice su nombre, empieza en los átomos (bases del sistema), pasa a las moléculas (elementos), a los organismos (componentes) y a las plantillas (combinación de componentes)
Seguir la metodología del Atomic Design evita errores y ayuda a conjugar tanto los procesos de los diseñadores como de los desarrolladores de los distintos activos digitales.