Mies van der Rohe, piel y huesos

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Maria Ludwig Michael Mies o Mies van der Rohe (Aquisgrán, 1886-Chicago,1969) fue un arquitecto y diseñador que, junto a Alvar Aalto, Le Corbusier, Walter Gropius y Frank Lloyd Wright dio paso a la arquitectura moderna. Van der Rohe quería que su visión particular sobre la arquitectura fuera una representación de los tiempos modernos, tal y como lo hicieron el gótico y el clasicismo en sus eras, cosa que logró.

 

Una biografía de cristal 

 

De su padre, que era tallador de piedra, aprende ese oficio. 


A los diecinueve años decide mudarse a Berlín, donde luego empieza a trabajar en el prestigioso estudio de Peter Behrens, el arquitecto art nouveau. Allí estudia la arquitectura de Frank Lloyd Wright y Karl Friedrich Schinkel


Tras la Primera Guerra Mundial, entre los años 20 y 30, se une a los círculos de la vanguardia berlinesa (la revista G, el Novembergruppe y Arbeitsrat für Kunst) que apoyaban el arte y la arquitectura moderna, junto a artistas como Hans Richter, El Lissitzky y Theo van Doesburg, mientras continúa con el neoclasicismo, y empieza con el estudio de los rascacielos en la búsqueda de un nuevo estilo que se adaptara y fuera más acorde con la era industrial moderna (los puntos débiles de los estilos tradicionales ya habían sido atacados por algunos de los teóricos progresistas desde mediados del siglo XIX, especialmente por lo contradictorio que resultaba ocultar la tecnología de construcción moderna con una fachada de estilos tradicionales ornamentados).

 

En 1927 diseñó, con Lilly Reich, una de sus obras más ilustres, el Pabellón alemán, que presentaron en la Exposición Internacional de Barcelona, en 1929. El edificio pretendió simbolizar el carácter democrático y progresista de la nueva república de Weimar. Y aunque ahora es considerada como una de las cuatro piezas canónicas del movimiento de la arquitectura moderna (junto con el edificio de la Bauhaus, de Gropius, la Villa Savoye, de Le Corbusier y la Casa de la Cascada, de Wright) en 1930, debido a los apuros económicos que atravesaba Alemania, fue desmontada en enero de ese año. Su estructura metálica fue vendida allí mismo y las piezas de mármol se devolvieron al Estado alemán. Con el paso del tiempo, sin embargo, y gracias al reconocimiento de su arquitecto en el mundo y al considerarlo como un referente clave para la arquitectura del siglo XX, fue reconstruido en 1986. También se le conoce como casa Barcelona y una silla que Mies había diseñado para la exposición original en cuero y cromo, la Barcelona, es uno de los paradigmas del diseño industrial.     

 

Durante la década del 30 no se construye  nada de lo que había diseñado, pues fue una época económica y políticamente muy convulsa en Alemania. No obstante, Van der Rohe empezó a ser conocido en todo el mundo tras la primera exposición de arquitectura en el MoMA, de Nueva York. En 1932, Philip Johnson presenta Modern Architecture: International Exhibition, donde expone varias de sus proyectos y diseños y capta la atención del público local e internacional.


Antes de que el nazismo ascendiera al poder, Mies van der Rohe fue director, el último, de la Bauhaus, hasta 1933. Luego decide emigrar a Estados Unidos, en 1937, donde acepta ser decano de la Escuela de Arquitectura del Instituto de Tecnología de Illinois desde 1938 hasta 1958. En 1940 diseña el nuevo campus, que hasta ese año se llamó Instituto Armour. En 1976 el Instituto Americano de Arquitectos lo reconoció como uno de los doscientos trabajos de arquitectura más reconocidos de Estados Unidos.  


Para 1944 se hace ciudadano estadounidense. Durante este periodo diseña esa pequeña caja de ocho columnas de acero forrada en vidrio, una de las más reconocidas y aclamadas de su carrera, la casa Farnsworth, en Plano, Illinois. Es uno de los diseños más radicalmente minimalistas que se hayan hecho: su interior, de una sola habitación, está subdividido por mamparas de vidrio. La edificación es completamente acristalada. 


En la siguiente década continúa con el desarrollo de la idea de un espacio flexible y abierto, y con ella vienen, ya en una escala más grande,  los rascacielos. Innovó con un sistema estructural que abarcaba  grandes distancias. En Chicago —entre los que se destacan las Twin Towers , terminadas en 1951—, en Nueva York, en Detroit, en Toronto. Culmina en el 54 con el diseño de un muy aclamado Seagram, en Manhattan, como una obra maestra del diseño de este tipo de edificios.


El círculo vendría a cerrarse con el encargo de la Galería Nacional de Berlín, en 1962: con este diseño estructura esa visión primera, mantenida a lo largo del tiempo, que concreta el interior con el paisaje circundante como una continuidad. La inauguran en 1968, pero no puede asistir. Muere de cáncer de esófago en Chicago, al año siguiente, el 17 de agosto.


Sus cenizas están enterradas en una tumba cerca a las de otros arquitectos famosos, en el cementerio Graceland.  

 

De Maria Ludwig Michael Mies a Mies van der Rohe

La primera cosa trascendental que hace un artista, así antes haya escrito una obra importante o construido casas hermosas, es lograr cambiar algo de sí, algo fundamental. A veces puede notarse (un bigote característico, una oreja, el atuendo, ¡el nombre!), otras no, pero lo importante es que lo incorpore a su ser, que construya uno, una identidad con la que habrá de ser identificado. En 1921, después de que se acabara su matrimonio, usa el apellido de soltera de su madre, Rohe, liquidando a Maria Ludwig Michael.


El cambio de su propio nombre para dejar de ser el hijo de comerciante para convertirse en el arquitecto de la élite berlinesa (van der, propio de los nobles neerlandeses) ya da puntadas sobre su quehacer y sus aspiraciones como artista.

 

Menos es más

Si bien esta frase no fue suya, lo cierto es que en su búsqueda de lo esencial y lo fluido se sintetiza su arquitectura, que va a establecer una nueva relación con la naturaleza. El estilo que creó se impone por su extrema claridad, depuración, sencillez y sofisticación.

Como un alemán que nace en ese tiempo, es un lector de teología y un practicante de la filosofía: buscaba un enfoque objetivo que guiara el proceso creativo del diseño arquitectónico.  Para él la arquitectura es lo que se mueve entre lo práctico y lo espiritual, y en su obra se ve que intenta darle una respuesta a esa necesidad psicológica del hombre, la espacial, a la vez que, con sus formas y acabados, le da continuidad a la naturaleza.


 

Piel y huesos

Mies van der Rohe llega a lo más simple, y en esa otra búsqueda filosófica, la de lo esencial, navega por el corpus de las construcciones de su época y las reconvierte: lo de adentro, la estructura, casi que lo molecular, habrá de ser ornamento fundamental. Concreto, piedras, vidrio y acero, los pilares no solo de las construcciones modernas, sino también de ciertos periodos de la humanidad (Edad de Piedra, Edad de Hierro, Edad de Hielo) van a salir a ser los protagonistas de su obra. Deja de lado el estuco, los baldosines y baldosas y la cerámica y los deja en una «arquitectura de piel y huesos», como la llamó.  

 

Al construir «solo» con vidrio y acero logró trabajar con, básicamente, tres tipologías: la torre de cristal, el pabellón de cristal y la sala de grandes luces, sintetizados en tres edificios: el Seagram (1958), la Casa Farnsworth (1950) y la Galería Nacional de Berlín (1968), respectivamente.

 

 

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Xperience Design

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